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El Tribunal Supremo tumba la inmersión e incumple los compromisos internacionales del Estado

Una encuesta encargada por Plataforma per la Llengua concluye que un 82% de los habitantes de Catalunya están de acuerdo con la inmersión lingüística

Plataforma per la Llengua se opone frontalmente al activismo judicial que quiere imponer un modelo rechazado por la población y por el Parlamento catalán

Según ha podido saber Plataforma per la Llengua, el Tribunal Supremo ha aprobado la sentencia que obliga a las escuelas a impartir un 25% de las horas lectivas en castellano. Esta sentencia es contraria a la Carta Europea de las Lenguas Regionales o Minoritarias (CELROM) en la forma ratificada por el Estado español, quien se comprometió a «hacer posible una educación [...] en las lenguas regionales o minoritarias». De lo contrario, podría haber asumido un compromiso menos exigente de «hacer posible que una parte sustancial de la educación [...] sea garantizada en las lenguas regionales o minoritarias».

Así, pues, el Estado tiene que hacer posible que todos los estudiantes que lo quieran estudien en un sistema inmersivo íntegramente en catalán. Así lo ha recordado el Comité de Expertos que vela por el cumplimiento de la Carta, que en su quinto informe de monitorización advirtió que la ley de plurilingüismo valenciana, que impone porcentajes de castellano en la educación, hace «imposibles los modelos de inmersión». El Comité de Ministros del Consejo de Europa aprobó esta observación de los expertos y recomendó a España que «suprima las limitaciones» de la enseñanza en catalán en València, una solución plenamente aplicable al caso catalán. Plataforma per la Llengua estudiará todas las opciones legales para forzar a los tribunales españoles a acatar las obligaciones internacionales en materia de lengua contraídos por España.

8 de cada 10 habitantes de Catalunya están de acuerdo con el modelo actual de escuela en catalán

Esta sentencia no sólo vulnera los compromisos internacionales de España, sino que también es contraria al consenso social y político en Catalunya. Una encuesta del gabinete estadístico GESOP de otoño de 2021, encargado por Plataforma per la Llengua, muestra que un 82% de los residentes en Catalunya apoyan el modelo de inmersión lingüística en catalán. Cabe remarcar que las sentencias de los últimos años son un ejemplo de activismo judicial que busca enmendar la voluntad popular y reemplazarla por las preferencias de determinados sectores políticos.

La encuesta encargada por «l'ONG del català» muestra que la inmersión lingüística cuenta con el apoyo de todos los segmentos de la población. Así, los habitantes que habitualmente hablan en castellano también le son muy favorables en su gran mayoría: el 68,1% la apoya. Además, el modelo cuenta con un amplio apoyo a lo largo y tendido de la geografía catalana. En la ciudad de Barcelona cuenta con un 81,4% de apoyo y en el área Metropolitana de Barcelona, con un 76,4%.

Los jóvenes son el segmento de población en el que el modelo dispone de mayor apoyo. Un 88,1%, prácticamente nueve de cada diez jóvenes, se muestra favorable a la inmersión. Esto demuestra que la inmersión no es sólo un consenso del pasado, sino que esta misma voluntad también se proyecta hacia el futuro.

Por otro lado, sólo un 15,8% de los habitantes de Catalunya no está de acuerdo con el modelo lingüístico de la escuela en catalán. De entre los que se muestran contrarios al modelo, el 40% argumenta que tanto el catalán como el castellano tendrían que ser lenguas vehiculares en la educación.

La inmersión lingüística, un modelo avalado por las instituciones

La educación inmersiva no es un modelo exclusivamente catalán. Bélgica y Canadá son dos ejemplos de comunidades en las que este modelo ha tenido éxito. En estos países, en los que conviven varias comunidades lingüísticas, se ha demostrado que la educación inmersiva en la lengua propia del lugar no perjudica a los hablantes de otras lenguas, sino que facilita que logren unas competencias equivalentes a las de los hablantes nativos.

Recientemente la Generalitat de Catalunya ha publicado datos que demuestran que la inmersión lingüística no tiene un cumplimiento generalizado en toda Catalunya y que casi la mitad de los profesores de ESO utilizan el castellano en clase. De forma paralela, datos del Consejo Superior de Evaluación del Sistema Educativo indican que los estudiantes de cuarto de ESO de todas las regiones educativas de Catalunya tienen más dominio del castellano que del catalán. Estos datos indican que un relajo en el modelo inmersivo supone un descenso en las competencias lingüísticas en catalán de los alumnos.

En este mismo sentido, dos estudios elaborados por Plataforma per la Llengua muestran que el 35% de los alumnos de primaria de las zonas urbanas hablan en catalán en los patios mientras que en la secundaria sólo lo hacen el 14,6%. Durante la primaria el cumplimiento del modelo inmersivo es más generalizado, lo que señala que existe una relación directa entre el uso del catalán en el aula y su uso en el tiempo de recreo.

La inmersión lingüística, si fuera una realidad aplicada plenamente en todo el territorio, aseguraría que todos los estudiantes acabasen la educación obligatoria con plena competencia de ambas lenguas oficiales. Además, la inmersión promueve la cohesión lingüística y evita la segregación de la población por motivo de su origen. De hecho, en Catalunya nació gracias a la demanda de un grupo de familias castellanohablantes de Santa Coloma de Gramenet (una población con un elevado índice de castellanohablantes), que exigieron que sus hijos adquirieran plenas competencias en catalán, así como una plena integración. El aprendizaje del catalán facilita la igualdad de oportunidades, al dar a todos los alumnos competencias en ambas lenguas.

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